Jane Jacobs, la urbanista que no dibujaba planos

¿Quién?

Jane Jacobs nació el 4 de mayo de 1916 en Pennsylvania (EEUU). Emigró a Nueva York a los 18 años y allí consolidó su vocación por el periodismo. Parecía ajena a casi todos los arquitectos, urbanistas e incluso sociólogos de la época (propietarios únicos del conocimiento sobre ciudad). Jane sabía mirar más allá de los planos y ver lo que sucedía en la calle. Llegó a ser editora de la revista Architectural Forum.

¿Cuándo?

Después de la crisis de 1930, surge la era del “master builder” de Nueva York, Robert Moses. El principal referente para la red de movilidad que comenzó a desarrollar fue el Regional Plan de 1929 (basado en la ciudad jardín inglesa de ideología descentralizadora) que intensificó y magnificó la transformación de zonas para el tránsito de coches.

El sistema de financiación que utilizó se basaba en la figura de la Autoridad pública, una institución que se encargaba de la construcción de las obras públicas. Creó más de una docena de autoridades independientes para administrar la construcción y el mantenimiento de cada proyecto. Luego cobraba peaje por cada puente o vía, y con estos ingresos se garantizaba el dinero para financiar nuevas obras o pedir préstamos.

Moses no encontraba impedimento alguno. Para él las zonas más degradadas de la ciudad no tenían otra solución que la completa eliminación de sus edificios y con ello, de sus habitantes. Y nunca encontró un problema que la ingeniería (y el dinero) no pudiese resolver. Fué promotor del desalojo de más de medio millón de personas de barrios como El Bronx y el noroeste de Manhattan por el bien de la construcción de nuevas autopistas y la “limpieza de barrios pobres”.

“Cuando actúas en una metrópoli sobre-edificada tienes que abrirte camino con una hacha de carnicero” (R. Moses)

Cuando Moses decidió actuar sobre el centro de Manhattan, fue cuando la ciudadanía se empezó a manifestar multitudinariamente. La obra afectaba a la identidad de la ciudad, ya no era un a transformación concreta a nivel de barrio.

Apareció así en escena una curiosa periodista que empezó a hablar de que otra ciudad era posible: Jane Jacobs. Su papel no fue el de promotora, sino más bien el de altavoz, trabajando en la difusión y divulgación del movimiento activista.

Jane Jacobs se opuso a las tendencias urbanísticas dominantes en la década de los 50 en Norteamérica. Aquellas que perseguían una ciudad esterilizada, radiante en su diseño, zonificada, que priorizaba el tráfico y en la que no tenía cabida la ciudad tradicional y sus barrios. Todo lo que se había llevado a cabo los últimos 20 años, «el urbanismo moderno».

¿Qué?

En su libro “Muerte y vida de las grandes ciudades” (1961) describe las bondades de la ciudad multifuncional, compacta y densa. Aquella donde la calle, el barrio y la comunidad son los pilares sobre los que se sustenta la cultura urbana.

La mezcla de usos y densidades, la protección del patrimonio arquitectónico y social, la importancia de la movilidad peatonal y el cuidado diseño del espacio público.

“Los procesos que tienen lugar en las ciudades no son comprensibles sólo para los expertos. Muchos ciudadanos corrientes ya los entienden perfectamente; lo que ocurre es que no han puesto nombres a estos procesos o bien no han reparado en que, si queremos, podemos dirigirlos” (J. Jacobs)

¿Cómo?

Jacobs defiende que las ciudades han de ser estudiadas como soporte de las relaciones que existen entre las personas que la habitan. Para ello hay que vivenciar y estudiar el entramado de vínculos, contactos y redes que una ciudad genera entre sus habitantes. Eso implica observar cómo la usan los vecinos, qué cualidades y elementos aprecian de ella, los recorridos que realizan, las limitaciones que perciben, las actividades que realizan en sus calles y cómo las llevan a cabo.

Uno de los puntos más reconocibles del pensamiento de Jacobs es el de “los ojos en la calle”. Veía que la seguridad de los espacios públicos tiene que ver con el uso que se hace de éstos. La mezcla de usos y la diversidad de horarios favorece la afluencia y estancia de personas. Y son éstas personas las que establecen una red de cuidados que proteje al barrio y sus habitantes.

En breve escribiremos en nuestro blog de «los paseos de Jane», un movimiento que pretende homenajear a la activista y urbanista realizando acciones y recorridos por ciudades, para reivindicar las calles como espacio público de convivencia y encuentro. Esta iniciativa se creó en 2007 y ha ido creciendo de forma exponencial hasta los más de 500 paseos alrededor de todo el mundo. Os lo contaremos todo…

Si quieres saber más, no te pierdas el documental de Matt Tyrnauer.

«Citizen Jane: Battle for the City«

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